01 Nov 2018
Régimen de bienes en el matrimonio
La ley argentina brinda libertad a las parejas para organizar su relación económica, tanto si deciden casarse como si prefieren firmar un acuerdo de convivencia.

En caso de matrimonio, la pareja puede elegir el régimen de comunidad de ganancias o el de separación de bienes. Si no se acuerda expresamente ante un escribano, por defecto se aplica el de comunidad. El régimen elegido puede modificarse en cualquier momento, incluso después de celebrado el matrimonio.
¿En qué se diferencian? En la comunidad de ganancias, la mayor parte de los bienes que se adquieren durante el matrimonio pertenecen a los dos miembros de la pareja. En la separación de bienes, cada uno maneja los suyos de forma independiente, como si no estuviera casado. La elección de uno u otro sistema puede tener efectos a la hora de pagar impuestos.
Un matiz importante: incluso en la comunidad de ganancias, algunos bienes pueden quedar excluidos de la masa patrimonial conjunta. Según su procedencia, los bienes se clasifican en dos categorías: propios y gananciales.
- Son bienes propios de cada cónyuge los que ya le pertenecían en el momento del casamiento, los que adquiere después por herencia, legado o donación y algunos otros previstos por la ley (condecoraciones, herramientas de trabajo, etc.).
Ejemplo: Si después del casamiento comprás una computadora que necesitás porque trabajás de forma independiente programando páginas web, se trata de un bien propio. - Los bienes gananciales son los que los cónyuges adquieren, de manera individual o conjunta, mientras dura el matrimonio. También son gananciales todos los “frutos” obtenidos, tanto de los bienes propios como de los gananciales.
Ejemplo: Tu pareja hereda un departamento y decide rentarlo. El departamento es un bien propio, pero las rentas del alquiler son bienes gananciales.
Mientras ambos sigan felizmente (o infelizmente) casados, esta clasificación no tiene demasiada importancia práctica, porque los cónyuges pueden administrar con libertad tanto sus bienes propios como los gananciales, del modo que les resulte más conveniente a ambos.
Sin embargo, la diferencia es muy importante en caso de separación o divorcio. ¿Cómo se distribuyen entonces los bienes de la pareja? Consultá la sección El reparto de los bienes.
¿Qué ocurre con las parejas que no quieren casarse pero firman un acuerdo de convivencia? Sus posibilidades para definir la organización económica del hogar son aún mayores: pueden definir cómo se dividirán las cargas económicas del hogar o el reparto de los bienes en caso de que termine la relación. A diferencia del matrimonio, no otorga derechos a heredar.