El reparto de los bienes

10 Nov 2018

El reparto de los bienes

Además del costo emocional, la decisión de poner fin al matrimonio o a la convivencia suele tener importantes consecuencias económicas.

¿Cómo se distribuyen los bienes entre los cónyuges en caso de divorcio vincular? Depende de si son propios o gananciales, como vimos en el Régimen de bienes en el matrimonio.
 
  • Los bienes propios de cada cónyuge no se reparten: cada uno conserva los suyos. Si durante el matrimonio alguno vendió un bien propio para adquirir otra cosa, esta también se considera “propia” y no entra en el reparto tras la separación o divorcio.
     
  • Los bienes gananciales se distribuyen entre ambos, después de ser valorados. Lo ideal es que las partes se pongan de acuerdo, porque en el reparto de los bienes concretos no sólo influyen consideraciones económicas sino también sentimentales, de conveniencia, etc. Si el diálogo entre la pareja resulta complicado y es el juez el que tiene que decidir, posiblemente sea necesario vender los bienes para realizar el reparto, lo que casi siempre implica una pérdida económica para ambos cónyuges.
Si la economía de una de las partes resulta especialmente perjudicada por la ruptura, puede solicitar una compensación económica, en un pago o mediante una renta por tiempo determinado.
 
En caso de ruptura de la convivencia no matrimonial se aplicarán las disposiciones pactadas por la pareja. Estas permiten establecer con anticipación cuestiones muy variadas, desde el tipo de educación que recibirán los hijos al reparto de los bienes. También se podrá prever una compensación económica para el miembro de la pareja que no ponga fin a la relación.
 
¿Qué ocurre con la vivienda familiar? Es un bien especialmente protegido, tanto en el caso del matrimonio como de la convivencia.
 
Si una de las partes tiene mayor necesidad de la vivienda podrá utilizarla durante un máximo de dos años desde que terminó la convivencia, sin importar a quién corresponde la propiedad. Si es necesario, se podrá establecer una compensación económica a favor del que tiene que abandonar la vivienda.
 
El límite de dos años no se aplica cuando hay hijos menores de edad o con necesidades especiales. En estos casos, en general se atribuirá el uso de la vivienda a quien se encargue de su cuidado.
 
¿Por qué es importante conservar documentos y facturas?

Aunque la distinción entre bienes propios y gananciales parece muy clara, determinarlo en la práctica no siempre es sencillo.

A lo largo de la vida en común se toman muchas decisiones económicas, y en caso de divorcio puede ser necesario demostrar que un determinado bien es “propio” y por lo tanto no tiene que ser repartido con el cónyuge. Por eso conviene guardar de forma ordenada las facturas, contratos y documentos que acrediten las transacciones importantes.
EN CRIOLLO
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Términos clave

Ahorro

Es la parte de los ingresos que no se consume y puede guardarse para atender necesidades futuras. La diferencia entre el ahorro y la inversión es que el ahorro tiene como principal objetivo conservar el dinero y evitar que pierda su valor (para lo que existen productos que brindan menores rendimientos pero total seguridad), mientras que en la inversión se intenta conseguir rendimientos más elevados, a cambio de asumir ciertos riesgos.

Crédito

Es un monto de dinero que los bancos ponen a disposición de personas y empresas para que puedan realizar compras o inversiones, sin necesidad de disponer en ese momento del capital necesario. De esta forma se puede adelantar el consumo cotidiano o la compra de autos, viviendas, equipamiento productivo y otros muchos bienes y servicios. El crédito se devuelve a lo largo de un plazo determinado en cuotas mensuales, que no sólo incluyen el dinero prestado sino también los intereses y gastos que componen el costo financiero total. Podés ampliar información en la sección En qué consiste un préstamo bancario.

Interés

Es el monto que recibe el propietario de un capital por ceder a otro el derecho a utilizarlo durante un periodo determinado. Por ejemplo, vos pagás un interés a cambio de utilizar el dinero que te presta el banco. Y al contrario, cuando abrís un depósito es el banco el que te paga a vos. El interés se expresa en forma de tasa, como un porcentaje. Ejemplo: “El depósito a un año está remunerado a una tasa de interés del 25% anual”. Esto significa que, por cada 100 pesos que tenés en el depósito, recibís 125 pesos al terminar el año.

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